Este 22 de abril se hace un
llamado a autoconvocarse en favor de nacionalizar el agua. Protejamos el agua!!!
Relatos de acciones que nos mueven
Me auto convoco por un mundo mejor. Existen capacidades y herramientas para compartir y aprender. Los cambios se construyen desde todos para todos, incluyendo a los que piensan distinto a mí. Sin partido político, pero político. Toda persona tiene corazón, y toda persona es una escuela. El bien común, la madre tierra, y la vida que habita en ella me convoca a moverme y actuar.
sábado, 16 de marzo de 2013
ESCASES HIDRICA CASO PETORCA
La acumulación
de riqueza por parte de los empresarios no ha sido gratuita junto con la
explotación y abuso laboral ha generado una inmensa devastación de los recursos
naturales y del patrimonio cultural de las comunidades. Es el poder económico
que poseen y la estructura política que los protege lo que ha ido degradando y
desapareciendo poco a poco la pequeña
agricultura campesina, contaminando los campos con monocultivos que solo
deterioran el suelo e inducen la aplicación irracional de agroquímicos que afectan
la salud de las personas que habitan en lugares aledaños a estos terrenos.
Paralelamente los pequeños productores agrícolas están siendo menoscabados a lo
largo y ancho de nuestro país por los
efectos que ocasiona la escasez del recurso hídrico.
La
privatización del agua en Chile es amparado por una legislación, el código de agua, que concede derechos de agua en forma gratuita
y perpetua a privados; permitiendo además el arriendo y ventas de estos
derechos generando el lucrativo negocio de las aguas. La Provincia de Petorca no está ajena a esta
realidad y está siendo apaleada por una de las sequías más severas de las
últimas décadas y que se acrecienta debido a que las empresas extraen más agua
de los derechos que legalmente tienen inscritos; la Dirección General de Aguas
siguió entregando derechos de aprovechamiento de agua provisionales a pesar de
que la Cuenca del Río Petorca fue declarada agotada el año 1997 y la Cuenca del
Río Ligua el año 2004. Alrededor de 40.000 personas de la provincia cuentan con menos de la mitad de los
requerimientos hídricos necesarios para el agua de bebida y sus servicios
higiénicos diarios, se ha transformado en una imagen cotidiana la circulación
de camiones aljibes abasteciendo de agua a las comunidades.
En la comuna de Petorca alrededor
del 80% de los suelos agrícolas son utilizados para la producción del
monocultivo del palto. En las últimas décadas la superficie plantada pasó de
2.500 a 12.500 hectáreas plantados en laderas de cerro con suelos no aptos para
este cultivo por ende los requerimientos hídricos de este frutal aumentan
significativamente; una persona Para su
abastecimiento de agua diario necesita 200 litros de agua comparándolo con los
requerimientos hídricos de este frutal, un árbol necesita diariamente 200
litros por lo que en una hectárea se utilizan 80.000 litros de agua que podrían
abastecer los requerimientos diarios de 400 personas.
Durante el año 2011 a través de una vista
aérea se pudo observar que en la Provincia existen alrededor de 90 piscinas de
acumulación de agua en grandes empresas agrícolas cuyas entidades construyeron
dicha infraestructura con alrededor de 231 millones de pesos que financió el
gobierno a través de la Comisión Nacional de Riego (CNR), parece increíble que
dentro de los subsidiados se encuentre el empresario Osvaldo Junemann, Director
de Palta Hass, al cual se financió con alrededor de 85 millones de pesos. Ese
mismo año se llevó a cabo un estudio satelital que en la práctica efectúa una
radiografía a las capas del suelo, el
cual detecto 65 drenes realizados de forma ilegal ubicados a unos 20 metros de
profundidad utilizados evidentemente para usurpar aguas. Lo anterior manifiesta
una clara vulneración para los
habitantes de esta zona de un derecho humano tan fundamental como lo es agua,
mientras ellos no tiene para sus necesidades básicas los grandes empresarios y
políticos siguen regando miles de
hectáreas de paltos.
¿Bajo estas situaciones la institucionalidad pública ayudará a
solucionar el problema? ¿Cómo habitantes de los territorios se puede articular
con instituciones públicas que no funcionan? ¿La organización de los habitantes
será la acción detonante para que sean sujetos activos en sus procesos sociales
de transformación? ¿La mercantilización de un recurso tan indispensable como el
agua es una vulneración de un derecho
humano?
¿El movimiento social está preparado para generar iniciativas que
permitan recuperar el agua para los pequeños productores agrícolas apaleados
severamente por la escasez hídrica?; éstas y más son las interrogantes que
debemos proponernos y buscar soluciones que nos permitan como sujetos sociales
aportar en la construcción de una nueva
sociedad con valores solidarios tanto con nuestros vecinos como con los recursos naturales que se
encuentran en nuestro entorno cotidiano.
Atte.,
...V...
CONTEXTO DEL CASO AGUA EN CHILE
Legalidad/legitimidad: Como todo
conocimiento dentro de las ciencias sociales estos dos conceptos están unidos, el
ciudadano medio, muchas veces critica la ley, con varios argumentos y entre
estos escuchamos “esta ley es ilegítima”, ¿Pero se podría afirmar ello de una
ley de la república que cumple con todos los requisitos formales y materiales
para ser suficientemente legitima según nuestro ordenamiento jurídico no lo
es?, aquí entraríamos en un debate viejo cuyo fundamento y solución termina
siendo la misma: cambio constitucional.
La constitución que hoy nos
rige fue establecida en un gobierno de facto, más allá de todo el blanqueamiento político a la que ha sido
sometida en las reformas constitucionales ese hecho básico e innegable sigue
afectando a su núcleo duro. Los valores que ampara esta constitución son solo
de unos pocos, una gran parte de la ciudadanía sabe que es injusta y que es un
texto hipócrita que propone la igualdad con valor y derecho, y no es más que
una declaración de “buenas intenciones” para esconder el trasfondo que propende
a la división social en
base a una protección exagerada al derecho de propiedad, más incluso que el derecho a la
vida o la igualdad a la educación, derechos básicos para avanzar uniformemente
como sociedad, sin dejar atrás a grupos de chilenos. Sabemos que es así y de
una manera totalmente sumisa, como hace años atrás; se alega sobre la falta de
consecuencia entre los valores de la sociedad chilena en su consumo y las leyes
que la rigen, sin tomar acciones reales que inciten a cambiar la base hecha por
las esferas de poder. Así el fantasma de la dictadura nos persigue, ya que nos
dejó una herencia detestable como la constitución, y una falta de legitimidad
en el sentido material, y espiritual, que se demuestra en la legislación
actual. Este círculo vicioso tiene
solución y está en educarnos y concientizarnos con la realidad, para que cuando
llegue el momento de rebelarnos y tener la constitución que nos merecemos, sea
democrática y consecuente, para no dejar a nadie atrás, y conectar
sustancialmente legalidad y legitimidad dada por el pueblo de Chile.
¿Le
temes a este cambio?...
Atte.,
Con esperanza, Una
Chilena cualquiera.
LEGALIDAD Y LEGITIMIDAD
En la
actualidad el uso de dos conceptos, “legalidad” y “legitimidad” se ha
intensificado, es común escucharlos en noticieros, en discursos políticos, y en
cualquier charla cotidiana, resulta fácil confundir estos conceptos, o bien,
utilizarlos como sinónimos, ya que casi siempre están relacionados, sin
embargo, cada uno se refiere a situaciones distintas.
Para
esclarecer el alcance de estos términos, analizaremos su definición:
De
acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, legal es lo que está prescrito por la ley y conforme a ella.
Mientras que legítimo se define como la cualidad de ser conforme a un mandato
legal, a la justicia, a la razón o a cualquier otro cierto mandato. Como
podemos ver, la legalidad es un concepto puramente jurídico y la legitimidad es
un concepto de carácter político, relacionado con la ética y moral.
Ahora
bien, desde el punto de vista jurídico, una norma para ser considerada como
legitima deberá cumplir con 3 elementos fundamentales, que son: validez,
justicia y eficacia, en este sentido, podemos decir, que para ser válida, la norma necesita ser
promulgada por un órgano competente o autorizado para ese fin, para ser justa, esta norma necesita ser
percibida como buena para la mayoría, es decir, que favorezca al bienestar
colectivo, y eficaz, pues al
cumplirse con los dos elementos anteriores, será acatada de manera voluntaria
por los ciudadanos a quienes va dirigida.
Es precisamente en estos contextos diversificados, en donde los
principios de legalidad y legitimidad pueden entrar en conflicto, lo que
facilita su manipulación por quienes detentan el poder, adecuándolos a sus intereses
para aprobar e imponer determinaciones que no son respaldadas por la mayoría de la sociedad, argumentando
para justificarse, que se actúa “conforme a la ley”, sin embargo, el cumplir
religiosamente con un ordenamiento jurídico, no es suficiente para invocar
legitimidad, se requiere de un reconocimiento avalado por los ciudadanos, por
las mayorías, quienes siempre terminan pagando las consecuencias de las malas
decisiones, tomadas aún bajo el amparo de la más pulcra ley.
El estado moderno no puede convertirse
en un gobierno legalista preocupado solo por cumplir estrictamente con
tecnicismos jurídicos y olvidarse de su función originaria, que es la de velar
por los intereses colectivos, o en otras palabras, cubrir las necesidades de
organización, justicia y bienestar de la población. No se niega la importancia
de cumplir con la legalidad en la administración de nuestros gobiernos, pero es
fundamental que también se cumpla con la legitimación social de todos sus
movimientos, pues ésta es la única forma de consolidar la democracia.
En este
orden de ideas, si el derecho ha nacido a raíz de los cambios sociales y
culturales, con el fin de servir a la comunidad, para brindar seguridad,
bienestar y justicia, su aplicación debe ser congruente con su origen, es decir,
conforme a las necesidades y circunstancias particulares de la
sociedad, pues cuando los gobernados
han participado en la elaboración de tales normas, se produce una legitimidad
democrática; por lo que en congruencia a este razonamiento, el uso,
creación o modificación de leyes para instaurar o justificar situaciones en
donde los intereses colectivos son agraviados, resulta ilegítimo.
Al respecto, el Profesor Carlos Rivera Lugo en su obra La Rebelión de
Edipo y Otras insurgencias jurídicas, menciona que la crisis de legitimidad que hoy padece nuestro Estado de Derecho se
debe al hecho de su creciente incapacidad para satisfacer las diversas demandas
y expectativas en competencia en nuestro país. Si estamos inmersos en un
proceso de desintegración social es porque la sociedad en la que vivimos ya no
le ofrece opciones reales de progreso a un sector significativo de nuestra
población.
Para finalizar, queda claro que la legalidad y
la legitimidad son dos principios que deben converger en perfecta armonía en un
estado democrático autentico, no se
puede pensar en la legalidad por encima de todo, incluso de la voluntad
popular, así como tampoco puede pensarse en la legitimidad como única condicionante
para ejercer el poder, sin cumplir con los requisitos de legalidad
correspondientes, pues la ley en su papel regulador, es la que genera las
condiciones básicas para la igualdad en el ejercicio de los derechos y de las facultades
entre gobierno y gobernados, evitando el abuso de poder y el autoritarismo; en
este mismo sentido resulta válido asegurar que los ciudadanos tienen el derecho
legítimo a exigir una participación más activa en la toma de decisiones que
afectan su entorno, y si su participación no está prevista en las leyes, debe
legalizarse, solo de esta forma podrá garantizarse el cumplimiento de estas dos
condiciones fundamentales, para el adecuado funcionamiento de la sociedad.
Atte.,
Kenya.
¿LO MAS IMPORTANTE ES EL AGUA?
Dentro de la literatura que hace
referencia a esta temática, la ONG Chile Sustentable publico el 2012 el libro “Conflictos
por el Agua en Chile: Urgen Cambios Legales y Constitucionales en las Políticas
de Agua”, allí nos presentan 15 casos, donde el derecho humano básico al agua y
aun medio ambiente que asegure el bienestar a las generaciones futuras, se ve
en conflicto por el accionar del “desarrollo país”, a través del funcionamiento
de algún proyecto de Minería, Energía (hidroeléctricas, etc.), monocultivos
forestales y agricultura extensiva. Ya que estos proyectos generan
“situaciones” de contaminación de las aguas, y una utilización de las aguas que
no permite asegurar el consumo básico de este elemento.
Dentro de los casos destacan en la zona norte: - El poblado de
Cancosa frente a la minera BHP Billiton; -El poblado de
Caimanes contra la minera Los Pelambres; - El proyecto de Los Pumas en la región
Arica y Parinacota; El riesgo en Calama cuyas reservas de agua potable fueron
vendidas por Aguas Antofagasta a Minera Collahuasi en la región de Tarapacá;
- Y en La localidad del
valle del Huasco y la minera transnacional Barrick con su proyecto Pascua Lama
(no mencionado en el libro).
A su vez en la zona Central; - El Movimiento por la defensa del agua y
el medioambiente (Modatima) en Petorca- La Ligua actualmente enfrentada en tribunales contra
el ex ministro Pérez Yoma; - Aes Genera, impulsor del proyecto Alto Maipo
enfrentado a las organizaciones locales del Valle del Maipo, en Santiago;
- Agricultores y las hidroeléctricas en las cuencas de los ríos Tinguiririca,
el Maule y Ñuble.
Mientras tanto en la zona Sur; - El Proyecto de Endesa en Neltume
vulnera los derechos indígenas y al el ecosistema único en la región de los
Ríos; - El monopolio de los derechos del agua por Hidroaysen, y los derechos de
la población local y la integridad de la Patagonia. En esta área se observa una
masificación de proyectos hidroeléctricos de impacto ambiental nocivo,
menoscabando el turismo y el desarrollo económico local sustentable, sin
mencionar la vulneración del convenio 169 de la OIT.
Dentro del contexto actual donde
observamos una normativa, una clase política, empresas transnacionales, y un
sistema global que vulnera derechos tan elementales como la seguridad humana al
acceso del agua, la búsqueda de una solución que permita el desarrollo país sin
dejarnos sin agua, se hace cada vez más necesaria, pero esta debe surgir de un empoderamiento de
nuestros derechos y deberes, que permita la generación de una conciencia colectiva
de la realidad legitima de bienestar en los planos sociales, ambientales, institucionales
- normativos, espirituales, económicos, etc, de forma consensuada y justa a los
individuos, la sociedad y al medio ambiente, ya que actualmente la
pasividad, indiferencia, y la falta de corresposabilidad de cada uno ha
generado este sistema de vida. La pregunta que surge es ¿Qué
está haciendo cada uno para asegurar el acceso y la calidad del agua?
Atte.,
Ecogente21.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)